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miércoles, 6 de abril de 2016

Crónica de Anvil y Dirkschneider, Madrid, 5/4/2016

Aprovechando que hoy es el cumpleaños de UDO, voy a subir la crónica del concierto de ayer.
Llegaba anoche a la Riviera directamente desde clase sobre las 7:15, sin poder pillar primera fila y perdiéndome la mitad de un grupo que ni sabía que tocaban y me pareció leer en la batería que se llamaban Palace. Acabaron a las 7:30 con cuatro gatos escuchando, más gente desde la barra que en el escenario en sí. Sin embargo lo poco que escuché me pareció curioso, para abrir boca de lo que estaba por llegar. Pillé sitio fresco en el centro, por tercera o cuarta fila, de donde no me moví en todo el bolo. 

A las 7:45 en punto el jeto de Lips asomó en el escenario, junto con Robb y un bajista, todo sea dicho, feo como el sólo. ¡Anvil! La sala empezó a llenarse relativamente, aunque nada comparado con la expectación que generó Dirkschneider. Sin decir nada comienzan a tocar, escuchándose un March of the Crabs muy animado. También sin mediar palabra alguna nada más acabar la instrumental Lips nos anunciaba levantando 6 dedos tres veces (y haciendo la peineta) la próxima canción: 666. Lástima el sonido que tuvo pues la voz directamente no se oía en media canción, pero al final se arregló y dio oportunidad de gozar de las extraordinarias dotes de, según Lips "the best fucking metal drummer in the World, my friend Robb!". Al acabar la canción el loco canadiense saludaba y anunciaba la siguiente, un tema de su primer disco (eché mucho de menos School Love pero bueno): Oooh Baby. Esta sonó mucho mejor que la anterior y denotaba unas ansias del yunque de empezar como una jodida apisonadora. Al acabar esta se nos pregunta que si nos gusta el rnr y comienza una potente Badass Rock and Roll, sin duda mi canción favorita de los nuevos discos de Anvil. En esta se detienen para jugar un poco con el público y cuando acaba estamos todos eufóricos por un comienzo así.



En este momento si no recuerdo mal Lips presenta a su bajista sin nombre que se pone a dar vueltas en el escenario, para posteriormente anunciar un tema del Forged in Fire. Winged Assassins, sinceramente, me bajó toda la erección que tenía en ese momento, pues es uno de mis temas favoritos pero con la voz sin apenas oírse por encima de los instrumentos, pierde mucho. Afortunadamente se arregló rápido. Concisos, los de Canadá dedican la siguiente canción al recientemente difunto Lemmy y le tocan un apropiado Free as the Wind que resulta de lo mejorcito del bolo. Llegados a este punto el setlist flojeó ligeramente (como no hacerlo si ya habían puesto toda la carne en el asador) donde Lips anunciaba una canción del nuevo disco que habla sobre la vida pirata arrr: Daggers and Rum (para mi la mejor del Anvil is Anvil). Divertida y animada, yojojo yojojo give us a bottle of Rum! Seguidamente le llegaba el turno a Mothra, una de sus mejores canciones, que alargaron unos diez minutos con un solo del maniaco guitarrista de Anvil, sin faltar por supuesto el utilizar un consolador como púa. También, si no me equivoco, es aquí donde aprovecha Robb para hacerse un solo a las baquetas brutal y reventarnos los oídos. El resto, un poco meh, en Die for a Lie aprovechan para dedicársela a las víctimas de los recientes atentados y poco más (he de reconocer que no me dice mucho esta canción). Pero los ánimos, cómo no, aumentan considerablemente cuando sobre las 8:45 cierran el bolo con la apoteósica Metal on Metal, dando las gracias a los Palace por abrirles, a UDO por hacer todo esto posible y al público al que echaban de menos ya que llevaban sin pasarse por España "una eternidad, I mean, a while!". Muy majos y muy buen aperitivo que ya nos dejaba cansados antes del plato fuerte.

La sala, si bien había gente, comienza a llenarse llegados a este punto.



Pasa una aburrida media hora y comienza a sonar (grabada) Just a Gigoló, la cual se me hace interminable teniendo en cuenta que Mr.Dirkschneider habría de salir inmediatamente después. Luces fuera, acaba la canción, entra la banda del teutón con luces azules. Sinceramente no conozco a nadie de los relativamente jóvenes componentes de este tributo a Accept, pero me hace gracia observar al guitarrista principal (parecido a Skwiisgaard o a Yngwie xD) y sobre todo al bajista, que cuando atino a ver debajo de la profusa melena me doy cuenta de que es idéntico a Boromir (o a Ned Stark, depende de tu saga). Detalles aparte, el concierto da comienzo con la primera canción del primer disco famoso de Accept, muy apropiada y muy potente. Hablo por supuesto de Starlight. Udo hace presencia con su voz característica chillando como sólo el sabe, y me doy cuenta de que, pese a que esperaba verle más estropeado, se conserva en forma, demostrándonos que suena más a Accept que los propios Accept. Nada más acabar la canción comienza Living for Tonite, donde todo el público se viene arriba y no deja oír la voz del alemán. Uno de los mejores recuerdos de la noche, la sala hasta reventar gritando "I'm living for tonight!" es una experiencia. Acabada esta se presenta Flash Rockin' Man, un tema que, aunque no es mi favorito de Accept, gana mucho en directo y nos hace pasar un buen rato. Sin embargo nuestro calvo y bajito cantante no se digna a darnos un solo respiro y prosigue con la poderosa y coreada London Leatherboys. Podría haber partido nueces con la polla en ese mismo instante, si me permitís la expresión. Uno puede pensar que con un comienzo así el concierto no podría sino decaer, no obstante continuó con una prodigiosa Midnight Mover donde, personalmente, me dejé la voz. Y como les parecía poco, tocaron una intensísima y cañera Breaker. Dejando al público atónito y eufórico, la banda se va, quedando únicamente a Sean Bean... digo... al bajista, jugar un poco con la gente y empezar con la intro de bajo de Head over heels. Sale de nuevo el resto de la banda y acaban la canción mencionada. Llegados a este punto, las luces se apagan y el guitarrista rubio empieza un solo calmado de guitarra que a medida que va acabando va tomando forma de la intro de una canción conocida por todos... acabado el solo empieza mi adorada Neon Nights que sirve para calmar el ritmo frenético que llevábamos y a la vez resulta uno de los momentos más bonitos de todo el concierto. De no ser porque la siguiente es probablemente la mejor canción del grupo alemán: Princess of the Dawn. Estoy en el paraíso, aunque no puedo evitar acordarme de @Route_666_rnr que se quedó sin venir en el último momento... Habría sido mágico :(



Aún así si el concierto hubiera acabado ahí mismo ya habría sido de lo mejorcito, pero UDO decidió que si se despedía de los temas de Accept lo hacía a lo grande y siguió regalándonos temazo tras temazo.
Tras acabar con todo el mundo coreando Princess, las luces se tornan frías y azules y comienza la preciosa Winter Dreams, una de las canciones que más favorablemente me sorprendió cuando vi el setlist. Tanta balada seguida calmó a la sala, por lo que Dirkschneider aprovechó para meter caña de la buena: un potente Restless & Wild y una rabiosa Son of a Bitch, donde cada persona se desahogó insultando a gritos en el coro a su propio demonio personal. Alucinante el calor del público que cantaba cada canción como si de la última se tratase. Aquí tocaron otras dos grandes canciones del Metal Heart, Up to the Limit y Wrong is Right, para proseguir con la otra joya del setlist: una Midnight Highway animada y aclamada como se merece. La piel de gallina. Empiezan a sonar los primeros acordes de Screaming for a Love-Bite y vuelve la sala entera a cantar. Es una fiesta y es todo brutal. Anuncia Udo una canción de un disco del que no habían tocado ninguna hasta ahora (Russian Roulette) y comienza una corta pero energética y estimulante Monsterman que deja unas sensaciones de éxtasis absoluto. Mi euforia se calma un poco con la siguiente, T.V. War, cuyas luces al ritmo del doble pedal están a punto de provocarme epilepsia. Y por fin, los últimos toques del concierto con una Losers and Winners que provoca los aplausos de todo el mundo. El alemán se despide de todos, se lanzan púas y desaparecen tras el escenario bajo los gritos de "Uuuudo, Uuuudo"
Por supuesto todos nos quedamos esperando y no tardan en salir de nuevo para darnos los últimos cinco temazos.
Metal Heart, épica como ella sola y con toda la sala cantando a voz en grito la cover del Para Elisa que aparece en el solo. ¡Y menudo solo! Acabada esta UDO anuncia un tema muy antiguo y comienza la archicoreada I am a Rebel, que si no me equivoco tocaron algo más rápida que la versión de estudio. Una locura, con un estribillo en el que pese a estar sonando las guitarras, el bajo y la batería y estar cantando Udo, el estruendo atronador de la gente gritando "I'm a Reeebel, Reeebel, don't you just know it?" sobrepasaba todo lo demás. Pasada la euforia, calmados todos, el ex cantante de Accept nos hace cantar a todos el simpático Haaai-di-Hai-do-Hai-da que precede a un chillido infernal (¿alguien osa decir que está en baja forma?) y una potentísima fast as a shark que nos revienta de caña el cuerpo entero. Si la Riviera se hubiera derrumbado en ese mismo instante no me habría sorprendido en absoluto.
Tras acabar, se nos pregunta si queremos más, el público pide Balls to the Wall y UDO, graciosamente concede los deseos de la plebe. El considerado por muchos mejor tema de Accept resuena por toda la sala mientras todos preferimos en el coro un visceral "God bless ya!!!" y cuando el ritmo de la canción desciende se nos hace corear "balls to the wall" y mostrar "the sign of victory". Para victoria la tuya, Dirkschneider, porque menuda gira que te has currado...
El concierto acaba definitivamente con una rocanrolera y hasta bailable Burning y me voy a casa afónico, sordo de un oído y con una sensación de euforia que no se me va a quitar en mucho tiempo.
¡Grande!